Esta pintura tiene su origen
durante las dinastía Tang en china (618-907) y se origino como estilo durante
la dinastía Song (960-1279).
Los
primeros maestros fueron grandes aristas, poetas y académicos que se
convirtieron en leyendas…
A
mediados del siglo XIV los monjes budistas zen
introdujeron este arte en el Japón y poco a poco se volvió más popular…
Estos académicos trajeron
consigo muchas ideas dese el punto de vista cultural como la caligrafía (escritura) y un estilo de
pintura influenciada por la misma. Los japoneses, entonces, adoptaron este
estilo de pintura y lo nombraron Sumi – e, que significa pintura a tinta.
La pintura sumi-e se
caracteriza por ser despojada, asimétrica y completamente libre en cuanto al
procedimiento.
Las herramientas esenciales que
participan de esta pintura y que es de vital importancia para el pintor de sumi-e, se denominan “los cuatro tesoros” y
son:
·
La piedra abrasiva
sobre la que se mezcla SURI
·
Papel de arroz
hecho a mano KAMI
Aplicación de la técnica:
El
artista de Sumi-e
utiliza sólo tinta negra, presentada en barritas sólidas, que se frotan sobre una piedra plana, mientras se va mezclando agua, hasta obtener la intensidad deseada. El tiempo de preparación de la tinta hace
parten de la meditación, donde el artista aquieta su mente, se concentra y se
prepara mentalmente para realizar su obra… integra su cuerpo a la armonía,
mediante una postura correcta.
El
trazo debe ser muy seguro, pues en la espontaneidad y la agilidad del ademán
reside la belleza de la línea, que no acusa la menor vacilación.
El
pintor utiliza un pincel de pelo fino (de Tejón o de oveja) con un mango de
caña de bambú y realiza su pintura a mano alzada… consiguiendo con ello un trazo
muy seguro, ágil y preciso. El pincel se aplica y se sostiene de forma
perpendicular al papel de arroz, entre el dedo índice y el pulgar.
La
esencia del tema a pintar debe ser lograda con movimientos que generen espacios
vacíos…
En
esencia la pintura Sumi – e capta la esencia del objeto, más que su apariencia,
para dar como resultado un lenguaje sacado del espíritu. Debe haber mucha
autodisciplina y concentración para poder lograr un equilibrio, ritmo y armonía
en toda la composición de la pintura… El espíritu del zen consiste en ir más
allá de la conceptualización, es decir la
unión del espíritu de una forma más intima. Aquí la preocupación del
pintor de Sumi- e, es entrar en una intima relación con la vida.
